«Nunca imaginé cuánto cambiaría mi vida al adoptar a Max. Llegó a mi hogar lleno de energía y amor, y se convirtió en mi mejor compañero de aventuras. La fundación hizo todo tan fácil, desde la primera visita hasta el día que lo llevé a casa. Max no solo me dio su cariño incondicional, sino que también me enseñó a ser más paciente y a disfrutar de las pequeñas cosas. No podría estar más agradecida.»

• Laura Rodríguez – Adoptó a Max, un perro mestizo de 2 años

«Cuando conocí a Tito, supe que él era el indicado para mí. Aunque era un perro mayor, lleno de canas y con un caminar lento, sus ojos brillaban con ternura. Adoptarlo fue una experiencia profundamente gratificante. Cada día me sorprende con su cariño y su sabiduría canina. Me alegra poder darle una vida tranquila y feliz en su vejez. Agradezco de corazón a la fundación por conectarme con Tito y por el increíble trabajo que hacen.»

• Ana Fernández – Adoptó a Tito, un perro senior de 8 años